sábado, 10 de mayo de 2014

A la mujer no se le toca, ni con el pétalo de una Rosa...

"El dieciocho por ciento de las mujeres de Suecia han sido amenazadas en alguna ocasión por un hombre... el cuarenta y seis por ciento de las mujeres han sufrido violencia por parte de un hombre... 

Con estas frases, comienza una novela policíaca muy buena que acabo de terminar de leer, y lo peor es que apenas las leí, no me alarmé de ninguna forma, ni siquiera me deparé en ver que son cifras demasiado altas... sino cuando la trama de la novela estuvo en su cúspide, recapacité que en el mundo, la violencia hacia la mujer ha existido desde siempre. 

En el pasado, cuando la mujer no tenía ni voz ni voto y era usada simplemente como herramienta de satisfacción para el hombre, se disculpaba a la sociedad diciendo que el hombre era superior y, con ese lema de superioridad, se le atribuían derechos de hacer, golpear, tratar y/o maltratar a las mujeres cuando se sintiera el simple deseo... 
pero a medida que el desarrollo fue llegando a las ciudades y extendiéndose por los continentes, la mujer fue llevando roles más importantes, fue teniendo voz, vida propia, y opinión. A hoy, cuando una mujer es considerada un ser equiparable con el hombre en muchísimos campos, donde ahora las mujeres tenemos Voz propia, podemos votar, tener libre pensamiento y opinión y hemos escalados a lugares muy importantes en la vida laboral, política y científica… nos quedamos en la época medieval en cuanto a la violencia contra la mujer.  Estas cifras, son siempre escalofriantes porque siempre se escucha noticias del genocidio contra éste género y porque en el interior de los hogares siempre ha existido esa mano caliente que injustamente agrede a una mujer…

Si pudiéramos tener cifras reales, serian aun más espeluznantes que las que se publican en los medios, las que visiblemente muestran a una sociedad violenta queriendo marginar a las mujeres.
Y yo me pregunto:  Cuál es la satisfacción que le produce a un hombre agredir a su esposa? Es acaso una sensación de dominio? Por qué siempre se resuelven las infaltables discusiones y las diferencias con los golpes??

Repochable es el caso sucedido apenas el 4 de mayo donde un reconocido chef y Modelo agrede brutalmente a su compañera sentimental en la calle hasta dejarla en cuidados intensivos en una clínica de Bogotá por severo trauma craneoencefálico.
http://www.elespectador.com/noticias/judicial/carcel-chef-dejo-cuidados-intensivos-su-pareja-sentimen-articulo-491175. Como este hecho, hay cientos de casos, no sólo en Colombia, sino en el Mundo. El gran atleta discapacitado Oscar Pistorius ganador de muchas carreras de atletismo con prótesis en sus piernas, terminó asesinando a su compañera, o como cientos de casos más, donde los golpes juegan el papel más protagónico entre parejas que se juran amor.
Durante muchos años me cuestioné el por qué estas mujeres siguen adelante con sus parejas, ocultando primeros indicios de violencia y signos de agresividad…. Y luego, en una charla íntima con una mujer, a quien no pretendo mencionar aquí, me confirmó que los golpes siempre estuvieron presentes, que eran hechos aislados y leves y que simplemente con un golpe, puño o cachetada la pareja ponía punto final a una discusión… y así fueron siguiendo sus vidas , pero la agresión mortal, esa que ya rompe con todo secreto familiar, es precisamente esa, cuando la mujer, cansada de aguantar siempre ese punto final, RESPONDE a esta agresión menor, produciendo entonces el Caos completo y es cuando la situación se sale de control y se termina en la clínica…
Como gran enseñanza me deja este escrito, la gran tarea que tenemos los Padres en el mundo de criar a nuestros hijos con valores claros, respetando al ser humano, enseñándolos a resolver sus diferencias con el diálogo. A los que son padres de mujeres, enseñémosles el amor propio y el respeto por ellas mismas, y a los que tenemos hijos hombres, enseñémosles a ser siempre un caballeros, a despojarse de esa parte animal que sigue con ellos a través de la vida… es nuestra responsabilidad críar seres de bien, hombres y mujeres de familia que aporten a esta sociedad tan agobiada y doliente.